No puedes pasarte la vida esperando por el trueno,
Contando, esperando, tus ojos vidriosos fijos en el reflejo;
Si ya has visto el relámpago,
Luz rota que al caer también destroza al mundo entero.
Pero ya viviste la tormenta,
Empapada en lágrimas tuyas,
Y sabes caminar bajo la lluvia,
Cual espectro por su tumba.
No puedes pasarte la vida navegando mares
secos,
Soñando, esperando los salados ojos velados del
viento;
Si ya has visto el océano,
Tempestad de corazón de hombre, cuyo amor está
lejos.
Pero ya viviste la tormenta,
Empapada en lágrimas tuyas,
Y sabes caminar bajo la lluvia,
Cual espectro por su tumba.
Porque viviré
para siempre,
Por
mi tinta, mi voz y mi legado,
Las
tormentas que he causado…
Y
causaré.
Así que sigue caminando, pues,
Mujer,
Sirena,
Condena;
Que vivirás mil tormentas,
Caerán relámpagos,
El cielo de un mundo cruento;
Te destrozará la espera,
Pero sólo caerá un trueno.
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