miércoles, 15 de mayo de 2013

Oda a la Ira- Parte I


  Las traiciones de la mujer niña
Deja de imaginar traiciones, mujer-niña.
Lo que tenga que pasar, pasará.
Pero prefieres mil veces preverlo todo
Que tenerlo en tu cara y sufrir por ello.
Sólo deja de envenenarte a ti misma.
Recuerda lo que eras, lo que amabas ser.
Recuerda tu canto.
No dejes jamás que nadie te lo arrebate.
Haz el desempate.
Véngate sin levantar una sola mano.

Lo que tenga que pasar pasará.
Pero velo venir.
No duermas. No sufras por el desengaño.
Karma. Karma. Karma.
No conviertas tu poder en algo macabro.

Los amas. Muchísimo.
Pero pagarán.
Pagarán.
Será de sus acciones y su propia mano como lo harán.

Deshazte del veneno.
Quítatelo. Escúpelo. Aprende a amarlos de nuevo.
No es su culpa: hay demasiada vejez y demasiada soledad en ti,
Y no hay nadie que te contemple en tu guarida.
Nadie que te extienda la mano mientras te balanceas en la orilla.

Púrgate. Inmólate.
Sé quién eres. No dejes que nadie te lo quite.
Nada de desquite.
Sólo espera. Vendrá tu venganza.
Y una vez lo haga, encuentra una manera de perdonarte, linda.
Pero déjate de imaginar traiciones, dulce mujer-niña.

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