
mismo.
No hay nada noble en morir por tu país o tu religión.
Al
final, la única vencedora, la devoradora, es la muerte. Y el guerrero, estoico
aún así, lo sabe.
Sólo un pequeño santuario y purgatorio de cualquier poema o grito. Como dicen por ahí, la belleza siempre viene con pensamientos oscuros.
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Conviértanse en musas, por favor.