Allá
arriba titilan estrellas.
Frías
y lejanas, no menos bellas.
Pero
saben algo y nosotros preguntamos,
Pero
el conocimiento que guardan
Es
valioso solo porque todos lo ocultamos.
Somos
vagabundos, que relegan fe al olvido.
Hermandad
que ve como todo se sume en el Abismo.
Bajo
cada cielo estamos.
Quizá
ocultos o dispersos, pero estamos.
Preguntaos
esto: ¿Qué es vivir en el impasible silencio de la espera?
¿Qué
es cobijar canciones y esperar el regreso de nuestra Reina?
¿Qué
es perseguir un poema, al que miles de manos persiguen,
deseando
el amor que viaja más allá de sus fronteras?
Ah,
hermandad extraña. Siempre tendremos un mañana.
Somos
como estrellas.
Eternos
y lejanos.
Distantes
y olvidados.
Somos
quienes os vigilan.
Somos
los que el fuego ha creado.
Somos
hermanos.
Somos
lo único que el monstruo teme.
Podemos
hacer que la Gran Guerra cese.
Porque
somos tan antiguos como los dioses,
Pero
estamos en tierra.
Porque
dominamos los cuatro elementos que nos moldean.
Porque
en tierra estamos y el agua nos alimenta,
El
aire lleva nuestras risas y el fuego nos quita y da vida.
Somos
vagabundos, que relegan fe al olvido.
Hermandad
que ve como todo se sume en el Abismo.
Bajo
cada cielo estamos.
Quizá
ocultos o dispersos, pero estamos.
Preguntaos
esto: ¿Qué es vivir en el impasible silencio de la espera?
¿Qué
es cobijar canciones y esperar el regreso de nuestra Reina?
¿Qué
es perseguir un poema, al que miles de manos persiguen,
deseando
el amor que viaja más allá de sus fronteras?
Ah,
hermandad extraña. Siempre tendremos un mañana.
Somos
la hermandad.
Estamos
y estaremos.
¿Porque
qué son ustedes para el tiempo, náufragos en su hogar,
sino
una nota perdida dentro de su canción universal?
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