No necesito un dios ni
un premio o condena.
Quiero un mundo donde
las serenatas sean imperfectas.
Donde los océanos sean
intrazables.
No necesito un dios. No
lo quiero.
El único en el que
creo es el que existe en una constelación paralela
Y gemela
Que decidió jugarme un
bromita al inventarme como su personaje.
Qué cínicas sus musas.
No necesito un dios:
yo puedo crear por mí misma.
Puedo vivir milenios
en mis cicatrices de tinta.
No necesito un
propósito: sólo existencia pura.
No quiero excusas. No quiero
justificaciones absurdas,
De niños tanteando a
oscuras.
Existimos. Eso es
todo.
Nos hacemos leyenda
por nosotros mismos y nosotros nos haremos inmortales.
Las leyendas existen
porque primero las contaron.
Quien decidió
trascender así, con palabras, ¡qué locura!
No necesito un dios.
Sólo una pluma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Conviértanse en musas, por favor.