lunes, 22 de abril de 2013


Ese pozo amorfo de oscuridad apretujada que sólo crece cada día más y más y más,
esta enorme maleta que embala en un mismo rincón a las estrellas enanas y supremas.
Oriunda explicación eterna donde pusimos a los dioses y a las espinas que son certezas.
Donde ni el tiempo ni la distancia significan nada, donde toda regla se rompe y descalza.
Pupilas que ya me están cazando, anhelando sumergirme en el infinito oscuro de su alma.

Eso es él para mí, un vuelo nocturno por constelaciones nacidas apenas,
Un súbito deseo y desaire de las galaxias de su piel cálida y morena,
Planetas, sistemas enteros que recorrería errante como cometa,
En caricias impudorosas como sólo las tormentas galácticas orquestan.

Puedo volar por este universo recién descubierto.

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