jueves, 25 de abril de 2013


¡Te damos este tiempo, mortal,
Bébetelo, es tuyo,
Nunca olvides el secreto!

Vivirás, matarás,
Perderás y te levantarás,
Pero nunca lo olvides,
¡no hay premio!

Forja tu sendero,
Encuentra tu motivo, tu razón,
Quien haga los instantes eternos
Encuentra un testigo,
Un alma, un ancla,
                                                                                    Quien te haga lo efímero eterno.

Por matarlos aunque nunca hayan vivido,
Por no sentirlos vivos dentro de mí,
Pero tengo hambre, hambre.
De mundos, de universos,
De reinos sobre los cuales gobernar.
Tengo hambre, hambre,
Tengo hambre de crear.

Quiero comerme a este mundo, hasta que ya no tenga nada que desear,
Y me retire como los dioses antiguos a dormir a alguna ciudad perdida tiempo atrás.
Pero tendré hambre, hambre,
Ésta habitando en otro dios, en su dolor, en su cantar,
Pero estoy segura que me despertaré, porque tengo tanta hambre de crear.

lunes, 22 de abril de 2013



Cada vez más lejos.
Persiguiendo a mi más oscuro secreto,
Zarpé sin querer en el barco incorrecto,
Y alguien me regaló entonces la voz.


Corro, corro,
Lo persigo en mis sueños,
En mis dulces locuras;
Le pregunto dónde está,
Si bastarán él y su alma
Para darme una cura,
Pero él no responde.

Quizá no me escucha.
Quizá esté muerto,
Quizá no exista
O sea un espectro;
Pero mi alma es suya,
Y él no lo sabe,
Porque está cada vez más lejos.


Ese pozo amorfo de oscuridad apretujada que sólo crece cada día más y más y más,
esta enorme maleta que embala en un mismo rincón a las estrellas enanas y supremas.
Oriunda explicación eterna donde pusimos a los dioses y a las espinas que son certezas.
Donde ni el tiempo ni la distancia significan nada, donde toda regla se rompe y descalza.
Pupilas que ya me están cazando, anhelando sumergirme en el infinito oscuro de su alma.

Eso es él para mí, un vuelo nocturno por constelaciones nacidas apenas,
Un súbito deseo y desaire de las galaxias de su piel cálida y morena,
Planetas, sistemas enteros que recorrería errante como cometa,
En caricias impudorosas como sólo las tormentas galácticas orquestan.

Puedo volar por este universo recién descubierto.

miércoles, 17 de abril de 2013

La belleza siempre viene con pensamientos oscuros.
El lado oscuro de la luna es el que me abandona, el que me consuela,
el que me hace ser poeta.
Por eso quiero dos lunas. 
Dos lunas en mi cielo para que haya más tormentas en los océanos que tengo dentro, para que haya más truenos retumbándome dentro.
Quiero dejar de temerle a esta melodía casi
casi
olvidada.